Se utiliza inicialmente, para determinar el estado de la infección por VIH cuando se ha diagnosticado la enfermedad.
Posteriormente se utiliza para controlar la eficacia del tratamiento antirretroviral (TAR) a lo largo del tiempo.
Por ultimo se utiliza para ayudar a determinar si el virus se ha vuelto resistente a los medicamentos. Si no responde bien al tratamiento y la cantidad de virus sigue aumentando, es posible que haya que modificar el tratamiento.
Genotipificación de VIH-1 para Resistencia
La prueba permite identificar la resistencia a diferentes clases de antirretrovirales como: Inhibidores de la proteasa. Inhibidores de la transcriptasa inversa. Inhibidores de la integrasa.
Analiza los genes de la cepa de VIH que ha infectado al paciente para detectar las variantes que puedan causar que el virus se haga resistente a la terapia.
Esta información es muy útil para seleccionar los fármacos que se utilizarán de primera línea con mayores probabilidades de éxito.
También se puede realizar para intentar averiguar la causa de un fracaso terapéutico.